Al borde de la muerte.
En ese oscuro acantilado,
Sentado en una de sus orillas,
Me sentía muy desafortunado,
Pensando en sus cosquillas.
Miraba hacia al horizonte y no veía nada,
Solo se escuchaba el bramar de las olas,
Rompiendo monstruosamente
Contra las montañas.
Muchas veces,
La besaba y me creía un vampiro,
Y ahora pienso,
Por qué de este acantilado no me tiro.
Sentado en esta piedra,
Los zapatos me quito,
Pienso en ella por última vez,
Un suspiro más, salto y me tiro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.